Salomón
no dijo: “Cuál es su pensamiento en su mente
tal es.” El corazón… Allí es donde sentimos y vivimos; y allí es también
donde “llegamos a ser.” El proverbio pudo haber dicho así: “Porque cual es su
esperanza en su corazón, tal es él.” Conviene tener cuidado en lo que vayamos a
cifrar nuestras esperanzas, porque probablemente lo realizaremos.
La confianza y la fe son la base
misma de todo lo que se logra. ¡Qué fuerza tan tremenda hallamos en una convicción
genuina! Jesús dijo: “Sea hecho, según
tu fe.” Esta idea potente se ha reiterado en todas las Escrituras… Llega a
su mayor altura en la importante meta que nos mostró Jesús cuando dijo: “Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto.”
Si no hay
el valor dentro de nosotros mismos, ¿cómo podrá manifestarse? ES MARAVILLOSO CREER EN DIOS, PERO PARA
NOSOTROS SERÍA MÁS MARAVILLOSO’ AÚN VIVIR EN TAL FORMA QUE EL TAMBIÉN PUDIERA
CREER EN NOSOTROS Y QUE PUDIÉSEMOS CREER EN NOSOTROS MISMOS. Uno debe creer en sí mismo y debe quererse a sí mismo. Debe
creer en su trabajo y debe gustarle su trabajo.
En la Iglesia y fuera de la Iglesia podemos ver a
muchas personas que están arruinando sus vidas pensando negativamente. Nos
ponemos a desempeñar el papel de cobardes, pecadores, pusilánimes, y así
vivimos. Asumimos una modestia falsa
y decimos: “No soy capaz; no soy digno; no estoy preparado.” Tratamos a Dios
con excusas, demoras e informalidad. ACEPTAMOS UN LLAMAMIENTO CON
RENUENCIA Y DESÁNIMO, Y DE ESE MODO NOS COLOCAMOS DENTRO DEL MOLDE DE LA DEFORMIDAD.
Si vamos
a llamarnos siervos del Maestro, actuemos como corresponde. Debemos recordar
quiénes somos: que somos hijos de Dios. Si esperamos algún día llegar a ser como
El, ¿POR QUÉ NO EMPEZAMOS A CONDUCIRNOS EN ESA FORMA DESDE HOY?
CIERTAMENTE EL NO ES DÉBIL, NI POBRE, PECADOR O INCAPAZ. SI QUEREMOS SER COMO
EL, YA ES HORA DE EMPEZAR.!!!!